A veces no es suficiente luchar contra todo el mundo por lo que quieres o por lo que amas con tanta fuerza como para llorar de impotencia. A veces es necesario rendirse porque a ti no te toca luchar le toca luchar a otra persona... Ya no puedes hacer nada, solo rezar para que esa persona saque fuerzas para luchar por lo que tu matarias.
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